Sí, ya sé que hablar de miedos, de los miedos que pueden tener los clientes para luego aprovecharlos suena a manipulador, a mala praxis.
Pero es porque aún no hemos pillado el enfoque adecuado.
Yo mismo soy un cliente objetivo de otras empresas, y uno de mis miedos es gastarme el dinero en lanzar una campaña de publicidad y no hacerlo bien.
Y al final quedarme sin dinero y sin suscriptores.
Ese miedo lo aprovechó una empresa especializada en campañas de publicidad en Instagram y Facebook con su propio anuncio:
“Necesitas que te encuentren… aunque no te busquen…”
Y los contraté. La campaña está activa a día de hoy, posiblemente la hayas visto, y está dando buenos resultados.
¿Son unos manipuladores por utilizar mi miedo?
No, en absoluto. Ellos no han provocado mis temores, yo ya los tenía en el cuerpo, lo que han hecho es liberarme de ellos.
Ese es el enfoque, conoce los miedos de tu cliente ideal pero no para aprovecharte de ellos, si no para hacerle comprender que sus miedos tienen solución.
Tus servicios, productos o cursos son esa solución.
¡Libéralos de sus miedos!
Aquí van unos cuantos miedos gordos:
- A no tener dinero y no saber ganarlo.
- A no vender o no obtener beneficios aunque vendas.
- A que tu web no esté bien diseñada.
- A que nadie visite tu web.
- Miedo a no ser atractivo con el diseño.
- A no gustar a los visitantes.
- A que no lean tu oferta de valor.
- A que pasen de la llamada a la acción.
- A que no acepten el presupuesto.
- A que la tasa de rebote sea muy alta…
Y en estos momentos mis miedos son aburrirte con mis emails y que no te interesen mis servicios.
Pero puedes liberarme de uno de esos miedos echando un ojo a mis páginas de venta y solicitando una videollamada para contarme tu proyecto.